Deniz Eroglu, una de las voces más prometedoras del cine y el arte contemporáneo europeos, causó sensación en el pasado Festival de Rotterdam con un debut en el largometraje difícil de clasificar. A la vez crónica histórica, relato filosófico y parábola moral, esta película de episodios propone un desafiante viaje conceptual, sensorial y cinemático a través, como reza su título, de una narración tripartita. Si en la primera parte asistimos a una desoladora Nochevieja en una residencia de ancianos en los años 80, la segunda narra la visita de un supuesto burócrata a una familia congoleña en la actualidad. La última parte, la más enigmática, narra sin hacer uso del diálogo el periplo de unos vagabundos en los alrededores de un bosque encantado durante el Medievo. La película se regodea en sorprender al espectador con continuos cambios narrativos, tonales y estilísticos, aunque no deja de lado una potente reflexión de fondo en torno a la marginalidad, la explotación y el fracaso social o existencial. Todo el filme está asimismo recorrido por un (refrescante) sentido del humor esquinado y una voracidad referencial que certifican a Eroglu como un cineasta originalísimo, capaz de transitar diferentes propuestas estéticas sin dejar de lado un discurso corrosivo y desacomplejado. GABRIEL DOMÉNECH GONZÁLEZ