Como en una historia de iniciación, Max camina por las calles oscuras de una ciudad encontrando extraños personajes que lo provocan y lo guían. La noche desdibuja las figuras y los objetos, es inconexa, brilla. Todo aparece sin orden ni concierto, una mujer solitaria toca la batería en algún lugar parecido a un sótano, dos duendes corren por un paso elevado haciendo un magnífico homenaje a Shu Qi en Millennium Mambo y un hombre con una enorme flor de color rojo recuerda un gran amor. Max and the freaks es una película fascinante que desconcierta y acompaña, como los personajes que encuentra Max, llena de grano, cambios de velocidad, cortes y filtros sobre la imagen. Una fantasía como un sueño en el que Max y quizás también el espectador, tienen que encontrarse a sí mismos. ¿Dónde van? ¿Qué hacen? ¿Quiénes son estas personas? Habitaciones a las que se entra por arriba, niños pequeños que leen novelas enormes, todo puede pasar esta noche. Max ha recibido una carta que también guarda un gran misterio: Para de esconderte. NURIA CUBAS