En su insólita y sublime trilogía de ciencia ficción, Larissa Sansour se adentraba en lo distópico para plantear la futura existencia palestina en un abismo alienante y agónico, cada vez más lejos de su territorio. La primera parte, Space Exodus (2008), imaginaba la llegada del primer palestino a la Luna, configurando el satélite como forzoso destino para un pueblo sin patria ni auxilio en la Tierra. Llegó a continuación Nation Estate (2012) -ya con Søren Lind como co-director-, que tomaba un prisma humorístico para mostrar otra delirante solución al conflicto: la ubicación de la totalidad de palestinos en un inmenso rascacielos, un ghetto de altos vuelos, aislado del resto de la humanidad pero acariciando la infinidad del cielo. Cerró el tríptico In the Future, They Ate From the Finest Porcelain (2016), ubicada en una Palestina arrasada, en la que un grupo de resistentes entierran vajillas de porcelana que servirán como vestigios de un pueblo que existió, la memoria preservada ante la destrucción sistemática y el abandono global. Resulta aterrador que las sofisticadas e imaginativas obras apocalípticas de Sansour se erijan como las más realistas y lúcidas reflexiones sobre la situación que hoy vive Oriente Medio. A continuación, el dúo profundizó en el trauma de una identidad en el abismo marcada por el exilio y la diáspora con In Vitro (2019) y en la eterna unión intergeneracional del pueblo palestino en As If No Misfortune Had Occurred in the Night (2022). JAVIER H. ESTRADA