O Sangue (1989) es el gesto inaugural de la carrera de Pedro Costa, uno de los grandes cineastas de nuestro tiempo. Una película de juventud, pero también una obra cuya vida – ficticia y detrás de la cámara – nos lleva a la idea de deconstruir viejos lugares y reconstruir nuevos espacios para habitar/crear. Lo que pretende este ensayo audiovisual es mostrar cómo los gestos de los personajes y del cineasta son la escritura fundamental de estas transformaciones.