Shadows (1959), un taller coordinado por John Cassavetes, elevó las técnicas de improvisación del filme dramático de ficción hasta nuevas cumbres. El contenido que buscaban Cassavetes y sus actores ya no era únicamente el realismo, que fue bien explorado por Morris Engel y los neorrealistas. Para el nuevo cine, Shadows representó un giro hacia el interior, situando el foco en las realidades psicológicas. Los pequeños elementos argumentales se utilizaron solo como marcos de trabajo aislados para explorar y exhibir las emociones, actitudes, recuerdos y reacciones de los propios intérpretes. JONAS MEKAS