El primer largometraje de Sallitt deja ya las señales de una filmografía marcada por mujeres arrolladoras. El regreso de Theresa, un romance del pasado, compromete la relación de Nick y su amable novia Arliss. Theresa, la Polly Perverse del título, se vuelve símbolo de la rabia y el desorden sexual que Nick intenta dejar a un lado (¿contra su voluntad?) por una vida más serena. Las incoherencias de cierta ilusión de madurez se manifiestan en esta obra que se verá por fin fuera de Estados Unidos. FERNANDO VÍLCHEZ