En el cine de Franco Piavoli no existe el concepto de escala: el papel de las cosas no está determinado por su tamaño y los pétalos de una flor atesoran el mismo valor que la arboleda más frondosa. A través de ‘Il pianeta azzurro’, ‘l’infinito’ realiza un estudio de esta forma de entender el mundo como fruto de la relación entre los elementos que lo habitan; de la parte y el todo como elementos inexorablemente indisolubles.