Si hay algo que se puede apreciar a primera vista en las películas de Nazli Dinçel, es el valor de la materialidad como vehículo de la experiencia sensorial. En su última película, la estructura en capítulos y la voz en off de naturaleza pedagógica, articulan unas imágenes sensuales y lúdicas. Imágenes de cuerpos y paisajes eróticos. Película rayada, agujereada, que muestra su condición de cuerpo manipulable. Manos que buscan el placer y sostienen la fertilidad, tanto en el encuentro voluptuoso con el mundo como en el descubrimiento del hecho creativo. NURIA CUBAS