Un ejercicio de tiempo, de experimentación, de montaje, de alegoría. Este film, quizá uno de los más sugerentes del año, explora el quot de la cotidianeidad, el círculo de la rutina, del pasar mismo, aquello casi dispuesto como anti-fílmico pero que revela una extraña impostura o, quizá, una extraña performatividad de lo cotidiano que a través de la cámara nos seduce con su transparencia y levedad. Muy en la línea del cine de Željka Suková o Vera Chytilova, resuena una pregunta mientras que aprendemos a debatirnos en el aburrimiento ¿qué es ese no hacer nada? PAULA LÓPEZ MONTERO