En Altiplano Malena Szlam dibuja Los Andes como un horizonte enérgico y vigoroso en el que confronta dos sensaciones a priori contradictorias: por un lado, la persistencia de un entorno centenario, mítico, bello; por otro, la constante alteración que se da en una tierra árida de corazón salino y latido volcánico, en riesgo de explotación. Es la personalidad figurativa de la montaña vs. la capacidad de abstracción del cine, una vibrante fusión de texturas, tiempos, capas y colores. La naturaleza nos excede, el paisaje se transforma. ANDREA MORÁN